Yo vivo mi arte como algo simple y natural, como la brisa en la costa del rio o el sonido del mar.
Siento que puedo crear, sin esfuerzos. Las ideas para mis creaciones fluyen libremente cuando estoy contemplando el jardín, mirando una mujer a los ojos, observando el follaje de los árboles o el vuelo de las mariposas en primavera. Cuando esto ocurre desde un papel trato de dar forma a un primer boceto y comenzar así a trabajar sobre la idea , respetando la sutileza y sencillez que me brinda la naturaleza con su maravillosa perfección de formas y colores traduciendo en arte lo que me provoca esa observación.
Quien sea seducido por mis obras quizás encuentre en ellas sensaciones similares al sabor de una fruta fresca recién cosechada, descubriendo también que contiene vitaminas en sus formas y colores y un atractivo especial que nos invita a recorrer un camino diferente de satisfacción. No tienen marco que las encierren dentro un contexto pues deseo que se integren con absoluta libertad a su entorno sin ponerles límites determinados.
Si logro que aquellas personas que observen mis creaciones experimenten sensaciones nuevas movilizando y alimentando su ser siento que mi trabajo se ha completado pues vivo a mis obras como el fruto de aquellos brotes de un árbol que la sabiduría de la naturaleza sabe dar.
Me siento un artista independiente, un observador de lo natural. Mi formación académica artística es escasa, estudié varios años con el Maestro Jorge Gamarra, luego de unos años deje su taller y comencé a experimentar por mi cuenta, soy un artista autodidacta por excelencia que estudia materiales buscando en ellas las respuestas en formas, sentidos y colores. Me gusta plasmar desde lo estático de la obra, dinamismo, movimiento y torsiones dando vida a la misma, así se refleja ese hilo conductor en la mayoría de mis trabajos.
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